“Cuando uno está con alguien, está con la persona, no con sus amigos”. Personalmente, he oído esta frase infinidad de veces y la he pronunciado otras tantas. Cuando recién se está empezando una relación y aún no conoces a sus amigos, es imposible no preguntarse cómo serán.
Suele suceder que como estás en el período de enamoramiento, y vez a tu pareja casi como un príncipe azul, piensas que son casi tan tiernos como los enanitos de Blanca Nieves. Sin embargo, cuando llega el día de conocerlos, lo que era casi un cuento de hadas se transforma en la peor de tus pesadillas. La razón: los amigos de tu pareja tienen mucho en común con él, pero todos esos rasgos que tu detestas y aguantas en aras del amor, sus partners los tienen multiplicados por mil. Y otra diferencia importante es que no los amas como para tolerarlos.
Cuando yo estuve en esa situación, pensé: “tengo dos opciones: o me devuelvo por donde llegué y me evito esto o, simplemente, pongo música ambiental y le sigo la corriente a este grupo”. Y bueno, opté por lo segundo: así ganaba puntos en un terreno que - si no lo recorría bien - podía resultar total y absolutamente hostil. Lo peor de todo es que por donde mirara no había nada que pudiera agradarme. Les doy algunos ejemplos:
1. La obsesión del mejor amigo por recordar carretes donde estaba su ex: Yo no sé de qué planeta vienen algunas personas, pero claramente es de uno donde el tino y criterio no existen. Una de las cosas que más detesto de su mejor amigo es su afán por recordar situaciones con su ex. Yo no sé si era una especie de "rito de iniciación" o simplemente que en su adolescencia no aprendió una habilidad social llamada "filtro".
2. Llega a la casa cuando estamos solos: Lo peor que nos puede pasar es que el mejor amigo de la pareja se desubique y llegué a su casa sin avisar, echándote a perder el panorama con tu pololo. Y no es que al verte diga "lo siento, vengo en otro momento", ¡no!. Contrario a lo que dicta el tino, sin ninguna invitación se instala de pierna arriba en la mesa de centro y de ahí no lo sacas ni con las fuerzas especiales.
3. Lo invitan a panoramas donde yo no estoy incluida: Esto es lejos lo más terrible. Por lo general, los amigos de mi pareja arman panoramas en los cuales yo no estoy incluida. No me malentiendan: está normal que tu pareja de vez en cuando salga con amigos, eso es sano en cualquier relación. Sin embargo, cuando esto se transforma en el común denominador de todos los fines de semana, ya es síntoma de algo.
4. Sólo hablan de fútbol: Es increíble cómo un grupo de hombres se transforma frente a un partido de fútbol. Es como asistir a una clase personalizada del hombre Cromagnon. Lo terrible es cuando la junta la hacen en tu departamento y debes soportar que un grupo de vikingos se "tome" todos tus espacios.
5. Llegan sólo al necesitar algo: Tengo la certeza de que las verdaderas amigas sí existen. Sin embargo, no podría decir lo mismo con "ellos", quienes aparecen solamente cuando necesitan algo. No existe la preocupación que hay entre mujeres por las compinches. Los amigotes de mi pareja son casi como el cometa Halley, aparecen cada cierto tiempo y con una larga estela de peticiones.
Podría seguir contando cientos de cosas por las cuales detesto a los amigos de mi pololo. Lo importante es que estos detalles no se queden en tu mente y seas capaz de verbalizarlos con tu pareja. Si encuentras las palabras correctas y el momento preciso para decir lo que piensas, ten la certeza que desde entonces tu relación habrá avanzado a un nuevo nivel. ¡Anímate e inténtalo!
Imagen CC harlandspinksphoto