Terminaron. La verdad es triste y difícil de aceptar, pero ya no quiere nada contigo. Lo más sano: borrarlo de Facebook, Twitter y de cualquier red social que te pueda dar indicios de lo feliz que está sin ti. Pero sucede que te lo encuentras en todos lados: comentando en tus portales de noticias favoritos, hablando sobre los temas que a ti te interesan, dando su opinión hasta del famoso "color del vestido". Parece una pesadilla, pero es real: tu ex es twittero influyente y te sale hasta en la sopa.
Y es verdad, parece que tu ex amorcito quería más a las redes sociales que a ti. Si mal no recuerdas, se la pasaba pegado al celular y full informado de todo lo que ocurría. Así que lo más sano, al parecer, es desconectarte por un tiempo: las redes sociales son su hogar y te lo pillarás por todos lados
El primer día no es tan terrible. Luego de llorar como Magdalena toda la noche, más de alguna amiga o amigo te ha visitado en tu casa. Es fácil pasar el día con tus partners cuando te sientes mal, pues están dispuestos hasta a dormir contigo si es necesario. Al siguiente día tienes clases; también el tiempo pasa rápido. Pero - ya al tercer día - las cosas se complican: te pican los dedos por saber qué está haciendo.
Revisas su perfil y sigue como si nada. Continúa publicando opiniones frente a diversas causas y noticias, pero no escribe nada referente a ti. Te da más rabia y piensas en mandarle un mensaje... ¡Stop!, recuerdas que él terminó contigo, das un paso atrás y sólo te limitas a leer. ¿Qué hacer en estos casos?, ¿se puede vivir sin redes sociales?.
Lo más sano, amiga, es que lo bloquees de todas las cuentas posibles: con sólo borrarlo no bastará, pues igualmente podrás acceder a sus publicaciones. Si sabes que comenta mucho un medio, también deja de seguirlo por un tiempo. Claro que la mejor recomendación es que te alejes de las redes durante un rato. Intenta vivir fuera de las pantallas de tu smartphone y PC, al menos hasta que pase la pena. Distráete con otros pasatiempos y así evitarás encontrártelo a cada rato.
Y a ti, ¿te ha pasado?
Imagen CC Robert Scoble