Llevábamos casi 6 meses pololeando, él insistía en ir más allá y pasar al siguiente nivel , pero yo aún no me sentía segura.
¿Nos iríamos a vivir juntos? ¡Era realmente una locura! ¿Estábamos listos? ¿Era yo la mujer de su vida? Difícil decisión. No quise apresurar las cosas, por lo tanto opté por tomarme un tiempo. Me pareció la mejor alternativa, ya que no quería terminar, pero tampoco apurarme tanto. A él no le pareció muy buena idea; no obstante, me dijo que estaba en mi derecho y que me tomara todo el tiempo del mundo.
Mientras yo trataba de decidirme, me enteré que él no había perdido ni un segundo y que a las dos semanas conoció a otra chica y estaba viviendo con ella. Obviamente era una mina del terror . El problema fue cómo me enteré: él mismo me lo dijo. Llegó a mi casa a decirme que no podía estar sin mí y yo, ya convencida de que era el hombre de mi vida, lo abracé. Fue entonces cuando me confesó que - para no estar solo - se llevó a vivir con él a una española que le presentó un amigo. De verdad que casi me morí, porque lo consideré una infidelidad. A pesar de todo, lo amaba, así es que decidimos estar juntos, tratando de hacer borrón y cuenta nueva.
La verdad, aún me duele lo rápido que me "cambió". Ya han pasado dos años y aún ese recuerdo me hace sentir mal. Siento que no podré perdonarlo.
¿Ustedes lo harían?
Imagen CC Hernán Piñera