No hay que ser muy sabia para darse cuenta que en Chile tenemos una sociedad machista, en que la idea de "mujer procreadora y dueña de casa" se repite constantemente. Tampoco hay que ser mal agradecidas: debemos reconocer que la participación femenina en el mundo laboral ha aumentado y en el siglo XXI estamos plenamente integradas a desafíos profesionales antaño sólo masculinos.
Sin embargo, aún están presentes los tabúes: cuando una mujer expresa abiertamente tener aspiraciones profesionales altas, de inmediato se cataloga de ambiciosa o que "le gusta la plata", pero ¿por qué a los hombres no se les juzga de igual forma?. Cuando ellos aspiran a un auto último modelo, departamento de soltero y disfrutar de su dinero, se les ve con admiración. Es común que se les alabe por ser sanamente ambiciosos, pero a una mujer no. Se le ataca, se hacen malos comentarios y en buen chileno "se le tira pa' abajo".
Entonces, ¿es malo tener aspiraciones? ¡No! La única forma de cambiar este pensamiento es quebrarlo, diciendo orgullosamente que una aspira a ser una gran profesional. Excelente si nos especializamos en algún área y somos reconocidas por la calidad de nuestro trabajo. Mejor todavía si elegimos de forma libre cómo queremos gastar nuestro dinero, ya sea viajando, comprando ropa, una vivienda, un auto o dándonos espacios de relajo en un rico spa.
Hay que ser fuertes y seguras frente a esto, tapándole la boca a quien critique nuestra postura por el simple hecho de que se estile ser conformista. Eso no significa que tengamos que forjar una sociedad en que las féminas no tengan aspiraciones. Hay que derribar la imagen de "mujeres mantenidas" y generar el necesario cambio de conciencia, para que no sea extraño ver que una chica costea su vida gracias a lo buena trabajadora que es.
Ustedes, ¿qué opinan?
Imagen CC PresidenciaRD