Lo quieres mucho, pero lleva 7 años estudiando y aún no termina su carrera. Lo amas, pero lleva 2 años sin buscar empleo. Te hace ilusión construir un futuro juntos, pero gasta la mayor parte de su tiempo en dormir, jugar videojuegos y salir de fiesta con los amigos. Todos los gastos de la casa corren por tu cuenta porque, vamos a admitirlo, ¡tu novio es un vago!
Y a menos que el vago en cuestión sea Burak Özçivit o Dwayne Johnson, el hecho de que no trabaje, estudie o haga algo productivo con su tiempo puede llegar a sacar humo de tus orejas. Es una situación que si no solucionas a corto plazo, puede desgastar la relación y comenzar a sembrar resentimientos. ¿Qué hacer entonces?
Antes de proponerte que corras por tu vida (mi solución a todos los problemas amorosos), he decidido presentarte un tutti frutti de opciones:
1. Hablar: Porque hablando se solucionan las cosas, el primer paso siempre es manifestar tu malestar frente a la situación. Si tu novio no sabe que te molesta su comportamiento, no pueden idear una solución al problema. Dile cómo te sientes y tantea terreno. ¿Opina lo mismo que tú? ¿Está dispuesto a buscar una alternativa?
2. Castigarlo: Quizás alguna persona te diga que lo mejor es castigarlo, negándole el sexo. Yo discrepo completamente: manipular no ayuda a la relación.
3. Ser la mamá: Lamentablemente, leí por ahí que la solución para esta situación era que tú misma inscribieras a tu novio en algún curso o que le buscaras trabajo. A menos que ambos (juntos) busquen un curso o trabajo, no creo que sea recomendable que empieces a manejar su vida como si fuera un niño de 10 años.
4. El ultimátum: Mi opción favorita. Si ya probaste con todo lo anterior y tu novio sigue echado en el sofá, sería bueno que le dieras un ultimátum. O se pone las pilas o la relación se termina, porque tú quieres y mereces un compañero a la par.
Y tú, ¿qué harías si tu novio fuera un vago?