No sabes exactamente cómo, pero el
dulce chico que no paraba de enviarte corazones en
WhatsApp, ahora no para de
preguntarte dónde estás y con quién. Te dice que ese vestido es muy corto y que
te lo cambies. Te dice que eres sólo suya y, aunque al principio te causaba
ternura,
ahora te das cuenta que lo decía literalmente: ¡eres sólo suya!
¿Cómo llegaron a este punto? Las señales son claras y el veredicto definitivo: tu novio es un controlador. La semana pasada lo pillaste revisando tu celular y, aunque lo increpaste con enojo, él te dijo que era su derecho (porque son pareja) y comenzó a increparte de vuelta, acusándote de ocultarle cosas y de serle infiel. ¡Vaya lío, amiga mía! ¿Qué hacer en un caso así?
Primero, analicemos cuánto tiempo llevan juntos. Si es un chico con que has salido por sólo un mes, ¡corre por tu vida! Una relación que en tan corto tiempo empieza a mostrar faltas que atentan contra tu libertad y bienestar no vale la pena. Por favor, resiste la terrible tentación de “arreglar” o “curar” al novio en cuestión. Tu amor no lo hará cambiar a menos que él quiera. No involucres en tu intimidad a una persona que desea controlar cada detalle de ella.
Ahora, si es un novio con el que ya llevas un par de años... ¡corre por tu vida también! Bueno, ojalá fuera tan fácil. Entiendo: lo amas, y no puedes tirar por la borda los maravillosos momentos que han vivido juntos. Existe la posibilidad de que conversando con él, se dé cuenta de que algo está sucediendo y decida buscar ayuda (terapia, por ejemplo). La relación mejora e, incluso, se hace más fuerte aún: es un hombre comprometido con su crecimiento interior y su faceta controladora era un obstáculo más a superar.
Pero puede ser que el panorama no sea tan favorable: pasa el tiempo y tu novio piensa que sus acciones son justificadas . Intentas hablar con él, intentas marcar límites, pero nada de eso resulta. O peor aún: ¡no le dices nada! Agachas la cabeza y simplemente aguantas, “porque algún día se le pasará”. Amiga mía, ¡ese día no llegará nunca! Dale un ultimátum y si no cumple, lo pateas. Lo pateas como nunca has pateado a alguien, porque te mereces lo mejor y no debes dudarlo en ningún momento.
Hay miles de hombres solteros, ¿te vas a conformar con un renacuajo?