“¿Bruja?”. No te extrañes si esa palabra te suena familiar, ya que hay muchas que lo son cuando se vuelven dominantes con la pareja. Y ojo que llevarla “teniéndolo cortito” no es ni malo ni bueno. Todo depende. Pues para ser sincera: a algunos les gusta que su novia sea así; pero a otros los termina por aburrir.
De cualquier forma, es mejor ser precavida para actuar, y detectar si estás siendo demasiado bruja con tu pololo. He aquí 8 señales para que lo analices.
Veamos, ¿tiendes a...?
1.- Ser absorbente. No lo dejas ni a sol ni a sombra.Te tiene que acompañar a todos lados: al gimnasio, a comer, a vitrinear, o a lo que sea, aunque no le guste. Crees que es su deber hacerlo por ser tu pololo. Sí, es verdad que a veces queremos estar siempre con él, pero lo normal es darle su espacio si lo quiere y/o necesita. Todo en su justa medida.
2.- Estar pegada a él cuando salen juntos. Eres de las que marcas territorio en público. Dices “ese hombre es mío, y sólo mío”, y lo haces saber a todas las que podrían constituir una amenaza. Sueles tenerlo siempre del brazo, haciéndole arrumacos o estando muy cerca, de manera que el resto sepa que eres su novia.
3.- Llamarlo varias veces cuando no está contigo. Te desespera no saber de él, pues te imaginas lo peor, como que esté con otra. Es cierto que a veces se le extraña, ¿pero tanto? Más bien parece una excusa para controlarlo. De más está decir que interfiere en sus actividades, ya que le suena el celular constantemente.
4.- Interrogarlo si tienes sospechas. Desconfías de lo que hace tu pareja cuando no estás. Por eso ante las dudas, le preguntas de todo con tal de encontrar alguna prueba que delate un desliz. Por ejemplo, para dónde fue ese día que llegó tarde del trabajo o con quién estuvo en esa reunión de ex compañeros.
5.- Restringirle las salidas con amigos. Usas pretextos para que desista de juntarse con sus partners. Muchas veces le has dicho “no me gustan ellos, porque son muy locos”, “necesito tu ayuda urgente” o “te extraño tanto que necesito estar contigo ahora”.
6.- Pedirle no hablar con potenciales jotes. Tienes ojo de lince para detectar a las frescas que lo tentarán, aún sabiendo que pololea. Piensas que todas las mujeres que se le acercan mucho son una amenaza, desde conocidas hasta amigas. Y eso te perturba, así que le solicitas que las ignore hasta con el saludo.
7.- Prohibirle mantener contacto con ex pololas. Si las potenciales constituyen un riesgo, imagínate lo que son las que estuvieron con él. ¡Un verdadero problema!, pues siempre temes que recaiga con ellas. Por eso optas por lo sano: prohibirle el contacto. “Es tu ex, cómo la vas a tener en Face si quizás todavía le gustas”… “Esa o yo”.
8.- Revisar sus redes sociales y/o objetos personales. “Ah no, yo le reviso todo”, dices. Facebook, Whatsapp o Hotmail; así como billeteras, bolsillos y apuntes, son controlados por ti. Invades su privacidad ingresando a sus cuentas, así como "para ayudarlo". Lo mismo cuando registras sus pertenencias con la excusa del lavado. ¿A quién engañas? La idea es buscar pistas que te indiquen qué hace tu pololo, con quién y dónde.
Después de leer, ¿detectaste que cumples con alguna de estas señales? Quizás estás siendo muy bruja con tu pololo, o tal vez no. ¡Analízalo! Pues si lo haces, te resultará más fácil sacarle provecho o minimizarlo, según sea el caso… Ya que claro: todo depende de la pareja.