Me reconozco fan acérrima - y al borde de la obsesión - de la leche en polvo. Amo su aroma y textura, incluso los grumos que puedan formarse los engullo con deleite. La adoro endulzada o simple, de las distintas marcas existentes. ¡Y no puede faltarme!.
Hace poco, contagié a mi hermana de mi loco amor por este lácteo, por lo cual suele sacarme algunas cucharadas del tarro. “Es el sabor de mi infancia”, me dijo una vez y me quedé pensando que ¡también de la mía!. Es más, recuerdo cuando me llevaban leche al colegio en una botella (las gorditas y desechables de vidrio, que vendían en los 80’s), o cuando me la preparaban a media tarde, en medio de mis juegos. Quizás por eso es que hoy ¡no puedo resistirme a sus encantos!.
Me quedé pensando que en realidad nos encantan aquellos sabores que recuerdan momentos de la niñez, porque evocan instantes dulces a través del paladar. Esas memorias de años felices y despreocupados, en los que la vida era sólo jugar. En lo personal, hay varios sabores que me transportan a aquella hermosa etapa de la vida y quizás esa razón es la que me lleva a ¡adorarlos con el alma!. Les contaré cuáles son; tal vez muchas coincidan.
1. Leche en polvo: ya referí por qué la amo y ¡vaya cómo no puede faltarme!. Estuvo presente por toda mi infancia. Incluso tocar los tarros me encanta. Recuerdo que cuando era niña, estos eran coleccionables y venían con lindos diseños coloridos. En ellos guardaba figuras articuladas y las láminas repetidas de mis álbumes.
2. Galletas oblea sabor helado (y frutilla): las comí hasta que literalmente ¡me harte de ellas!. Pero de vez en cuando me deleito con algunas, sólo para viajar a esos años de juegos por unos instantes. Era usual que - al igual que en el caso de las Tritón - engulléramos sólo la crema, dejando la galleta tirada por ahí. No importa, ¡las amábamos de igual forma!
3. Leche con frutilla (¡y con plátano!): ¿Quién no amó estas leches? Ya sea en su formato de cajita, para transportar al colegio o recién salida de la licuadora. ¡Eran lo más! Y convengamos en que fresas y bananas (además de chocolate) son los sabores de la infancia ¡por antonomasia!.
4. Chocolates: En mi época escolar, vendían unos pequeños cubitos de chocolate por la módica suma de 10 pesos (sí, en verdad era módica). Algunos venían con una historia impresa coleccionable (ops, se me cayó el carnet). Y bueno, independiente de la edad que tengamos, a ninguna le faltaron los Capri, con sus deliciosos rellenos.
5. Pan con mayonesa: Se lee cerdo y tal vez lo sea, así es que asumo que no será compartido por muchas, pero para mí es ¡muy especial!. Una antigua vecina cultivaba un hermoso jardín de rosas y me encantaba visitarla para pasear entre las flores. Cuando iba a verla, ella - viejita y amorosa - me recibía con gran hospitalidad, dándome una rica marraqueta con mayo. ¡Amaba esta delicia; el pan crujiente con el incomparable sabor de este aderezo! Ya en mi casa, le pedía a mi nonna que copiara la sencilla receta, disfrutándola mientras leía mis historietas del Pato Donald. ¡Ah, qué recuerdos!
Y ahora es tu turno: algodones de azúcar, churros rellenos, cabritas, helados… ¿Cuál es por esencia el sabor de tu infancia?