El otro día hablaba con dos de mis amigas que aún son solteras y no tienen niños. Entre medio de unos ricos helados y una buena conversación nocturna, llegamos a la conclusión de que aún no queremos tener hijos.
Muchas se preguntarán "¿pero por qué?", dirán que somos malas mujeres o frías, pero nada que ver, ¡todo lo contrario!. Solemos ser muy tiernas y buenas personas, pero primero están nuestros proyectos personales y sueños.
Me refiero a que tenemos una lista en nuestra cabecita de cosas que debemos realizar y que soñamos con hacer antes de tener hijos, ya que siendo bien realistas los niños son totalmente encantadores y lindos, pero el tiempo que quitan es mucho.
Si tuviéramos hijos ahora, tendríamos que postergarnos demasiado y ¿dónde quedarían los viajes que queremos hacer, estudiar una segunda carrera, salir de carrete sin que nadie reclame y el espacio con nuestras parejas o amigos? ¡No podríamos dejar a la guagua botada!
En el fondo es esa libertad única que te da el hecho de estar sola. Para mí es increíble y no la cambiaría por nada.
Lo más curioso, chicas, es que no sólo las mujeres pensamos así, ya que luego me junté con mi mejor amigo - que también es soltero, sin hijos - y me dijo lo mismo: que ama su espacio, su libertad y más que todo su carrera, que es su verdadera pasión y tiene miles de proyectos en ella . "Los niños no me dejarían cumplir mis sueños como profesional", recalcó.
Por eso, creo que antes de decidir formar una familia, es importante tener claras nuestras prioridades. Además, tener niños implica una gran responsabilidad en todo aspecto: emocional, económico y familiar.
Cuándo ya hayamos cumplido todo aquello que tenemos en mente, la vida fluirá y llegará el momento para recibir a estos encantadores bebes. Mientras tanto, soy feliz con mi sobrina, la adoro y me encanta ¡El rol de tía me queda muy bien, jeje!
Y tú, ¿compartes este pensamiento?