¿Qué sería de la vida sin pasión? ¡Nada! Se trata del motor que mueve nuestra existencia, a partir del cual nacen la inspiración, la motivación y la fuerza para lograr grandes cosas. Sin pasión, nos quedaríamos atrapados en el estancamiento y la frustración.
Por lo mismo, una persona con pasión resulta ciertamente cautivante. Podemos identificarla por el calor que denota cada palabra con que se refiere a aquel asunto que “le mueve”, así como en el brillo de los ojos al dedicar tiempo a las actividades que despiertan esta fuerza en su interior.
Nosotras mismas quizás no notemos nuestra propia pasión, pero quienes nos rodean sí lo hacen. La mostramos cuando estudiamos lo que nos gusta o hacemos algo que nos lleva a sentir plenas. ¡Incluso cuando debatimos sobre temas que nos calientan la sangre! Este sentimiento nos demuestra que vivimos, ¡y lo hacemos con intensidad!
Quien siente pasión por algo, seguro logrará todo cuanto se proponga. Porque es esta emoción el combustible para lograrlo. Lo que hace que la vida tenga un sabor más marcado, excitante y delicioso.
Y tú, ¿te consideras una apasionada?