En mi época universitaria, como la mayoría de mis compañeros, me picó el bichito por buscar algún trabajo que me permitiera juntar algunas lukas extras para mis “pequeños lujos”. Salir a carretear con las amigas, comprarse una polera bonita, pagarse la entrada a algún concierto o simplemente para pagar fotocopias, pase escolar y todas las cosas que un estudiante necesita.
Dependiendo el tipo de trabajo (y del tipo de carrera) puede ser más o menos difícil mantenerse haciendo las dos cosas al mismo tiempo y hacerlas bien. Nadie quiere sacrificar sus notas por un trabajo, pero a veces para muchas personas es necesaria esa platita extra.
Cuando uno va a la U y se busca un trabajo, los horarios por lo general son más flexibles, hay ventanas donde se puede aprovechar de estudiar y avanzar trabajos y días sin ramos donde uno puede dedicarse a trabajar. El secreto es ser organizado y responsable, nada más que eso. Tengo amigas que aún estudian en la U y como ya están terminando, tienen pocas clases, lo que les permite trabajar full time. Debo reconocer que el sacrificio es enorme porque tienes que tener tu tiempo y actividades organizadas de modo que encajen como un tetris, si lo que quieres es tener vida y poder dormir además de trabajar y estudiar. Pero de que se puede, se puede.
Creo que para cada persona el tema es distinto, pero siento que siendo ya más grande las cosas se ponen más difíciles porque no sólo hay que organizar pega y estudios. Cuando uno ya termina la U, la prioridad es el trabajo, pero a veces vuelve a picar el bichito, esta vez por estudiar otra cosa o complementar los estudios con algún post grado o diplomado. El trabajo ya no es partime o por turnos, generalmente es trabajo de oficina de 9 a 7 y el estudio hay que realizarlo en el “tiempo libre”. Entonces, hay que correr de la pega al lugar de estudio, donde terminas a las 11 de la noche, muerto y luego llegar a tu casa incluso a preocuparte de niños, la cocina y cosas de ese estilo. La ayuda en este caso es fundamental pero nuevamente la organización es el tema clave.
Utilizar los fines de semana para preparar todo lo que hay que hacer de lunes a viernes es una buena opción, dejar algunas cosas cocinadas, obviamente estudiar y ojalá dejar organizada lo que más se pueda la casa. Sí, es cansador de tan sólo leerlo, pero cuando uno hace algo porque realmente lo desea y se siente feliz y pleno, todo esfuerzo vale la pena.
Esa es la gran diferencia de volver a estudiar cuando ya entraste en el mundo laboral. Lo haces porque realmente lo quieres o estás convencido que te traerá un beneficio mayor a todo el sacrificio. Entonces además de ser organizado y responsable, hay que sumar la motivación, que ahora va más allá de comprarse ropa linda o ser más independiente teniendo su dinero propio. La motivación será otra, quizás poder optar a un mejor puesto, mejor sueldo o estudiar lo que realmente siempre quisimos y no nos dimos cuenta hasta entrar al mundo laboral.
Sea como sea, en cualquier época de la vida es súper satisfactorio sentir que somos capaces de dedicarle tiempo a dos cosas tan importantes como son trabajar y estudiar.