La pasión nos hace abrazar los sueños e ir tras lo que anhelamos, nos mueve. Si no sientes pasión por algo o alguien, la vida se convierte en una rutina imparable, en un caos. La clave de vivir con pasión y propósito es darle sentido justamente a aquello, a la vida.
En un mundo cada vez más egoísta e individualista, moverse por la calle con un rumbo y un destino claro es impagable. Pero, ¿cómo identificar eso que te mueve en tu interior?
Primero, hay que darse el tiempo para sumergirse en una misma: darte una oportunidad para salir de lo cotidiano, pasear sola por la playa o el parque, o simplemente sentarte en el pasto de tu casa o en la cama de tu habitación con las ventanas abiertas, dejando que el aire fluya y te despeje la mente. Piensa y reflexiona sobre cómo has llegado a ser la mujer que eres ahora, por cuántos tropiezos y caídas has pasado, y cuántas veces has tenido la fortaleza o la valentía para levantarte e intentarlo de nuevo. Todos caminamos por la calle sosteniendo nuestra mochila, y ahí está nuestra lucha, la batalla a la que no renunciamos. Ahí es donde se van guardando, también, nuestras pasiones.
Luego de hacer esa reflexión, piensa en cómo quieres ser en el futuro, tal vez en una semana, un mes, un año o en 10. ¿Dónde quieres llegar? ¿Para dónde te diriges? Tal vez quieres viajar, avanzar en tu carrera, o formar una familia. Quizás simplemente desees ser feliz, ¡incluso todo eso junto!. Tienes que ser capaz de identificar tus sueños, y tus metas, trayendo a ti misma la mujer que fuiste, la que eres y la que quieres ser, para decir “esto quiero en el corto o largo plazo, y lucharé por ello”.
Esa conclusión, lo que sacaste en borrador, tienes que hacerlo tuya, abrazarlo con todas tus fuerzas. Lo que se genere dentro tuyo para llegar a cumplir tus sueños es el combustible de la vida, aquel que nos permite dar cada paso con una energía especial, y vivir nuestro día a día con mayor entusiasmo. No lo dejes, recuérdalo por lo menos una o dos veces al día, sonríe, agradece, recuerda el camino y verás que andarás por las calles con otra perspectiva, con algo que te mueve. Justamente, con eso llamado pasión.
Colaboración enviada por Paola Muñoz