"¡Cálmate!", Fácil de decir, pero difícil de ejecutar. Bueno, eso hasta ahora, porque estos sencillos consejos podrán ayudarte a mantener tus nervios en orden en complicadas circunstancias.
¿Por qué nos ponemos nerviosos o tensos? Eso dependerá de cada una de nosotras, los factores van desde la sorpresa, la ansiedad, el miedo o la incertidumbre respecto de algo. Cuando esto ocurre, el cerebro se pone en alerta y produce descargas de adrenalina que van hasta el corazón, el que provoca flujos sanguíneos y musculares que ocasionan diversos efectos en nuestra salud física y emocional.
¿Cómo librarse de estos efectos? Lo creas o no, sentirse tenso no siempre es algo que podamos dominar. A veces sobrepasa nuestras fuerzas y necesitaremos de ayuda médica, pero si esto sólo se da en contadas ocasiones, estos tips te serán muy útiles:
1. Sonríe. Si, por raro que parezca, cuando hablamos del cerebro, hablaremos de impulsos. Tu cerebro asociará esa reacción con el bienestar y disminuirá su sensación de alerta.
2. Deja todo por unos momentos. Ya sea el hogar, los niños o los llamados “incendios laborales”. Debes dejar todo de lado por unos momentos. Esto te ayudará a priorizar y ver lo realmente importante.
3. Respira. Hemos aprendido que la respiración trae diversos beneficios. En este caso, inhalar y exhalar será vital para la oxigenación de tu cerebro. Tu cuerpo sentirá alivio y la presión disminuirá.
4. Piensa en tu lugar feliz. Esto es algo que conviene hacer siempre; en la micro, en el baño o en cualquier parte. Tu lugar feliz dará una buena sensación a tu cerebro y traerá confianza.
5. Ejerce presión sobre tu dedo pulgar con la otra mano. No, esto no es algo místico. Presionar por cerca de cinco minutos ayudará a la calmar la ansiedad. Ahora, si lo quieres ver de otra forma: estréchate tú mismo la mano. Esta señal de apoyo será reconfortante.
6. Hablar solo no es locos, y la verdad es que cuando lo hacemos, somos nosotros mismos retroalimentándonos. Hay gente que dice mantras; otros, frases motivacionales. Sea cual fuere el nombre que le des, hazlo. Háblate, repite lo que eres, que todo estará bien y si es necesario analiza tu plan. Seguro verás todo de otra forma.
7. Los aromas son un instrumento poderoso. Gracias a su variedad, puedes escoger el que más te acomode. Pruébalos y mantén en tu cartera el que te ayude a relajarte. Los de naranja, por ejemplo, o los que traigan un recuerdo feliz, como la vainilla o el caramelo. El chocolate también es muy útil.
8. Si tienes oportunidad de hacerlo, de pedir un momento, grita, salta o trota en tu lugar. Recuerda que tu cerebro está en alerta, por ende guarda energía y se satura. Este tipo de acciones lo liberan y dan claridad.
*Bonus: canaliza. Esto debe ser lo más difícil. Muchas de nosotras hemos vivido bloqueos o ataques de pánico. Ambas cosas necesitarán que hagas algo de manera urgente, ya que tu vida podría correr peligro. Es imperativo que intentes reaccionar y llevar tu mente a una decisión que propenda a solucionar lo que te aflige.
Anticipar esta situación de estrés es imprescindible: si sabes que tendrás una reunión importante, una entrevista o esa esperada cita, procura cuidar tu comida, darte una buena ducha y pensar en los posibles resultados; esto ayudará a que nada te sorprenda. Por otro lado, si has estado expuesto en exceso a momentos tensos, debes darte un descanso. Tu cerebro y cuerpo te lo agradecerán.
Recuerda: respira, piensa, cálmate y ¡actúa!.