Hay hombres que no aceptan un "no" como respuesta a sus coqueteos. Confiados en sus cualidades, estos machos siempre pensará que te estás haciendo la difícil y que en algún momento estarás obligada a ceder ante sus encantos. Este post está dedicado a esas mujeres que no saben como deshacerse de esos insistentes y cargantes admiradores, que en vez de ayudarlas a sentirse más bonitas o seguras de sí misma, son un fastidio que espanta a otros pretendientes.
Te conectaste y de inmediato dijo "hola". No son muy amigos pero ya existe un toque de confianza entre ustedes. El primer error que cometen muchas, por educación o misericordia, es devolver el saludo a estos tipos. Si bien es importante tomar en cuenta a quien requiere de tu atención, en esta situación no saludarlos es una buena forma de manifestar desinterés. Al tiempo comenzará a aburrirse y dejará de escribirte. Si busca otro medio para hablar contigo, podría tratarse de una conducta algo psicopática.
Otra clave importante, es no enviar señales equivocadas. Las mujeres de "naturaleza coqueta" no se percatan cuando están siendo demasiado cercanas o afectivas con alguien. Si te identificas con este nicho, debes detenerte un momento y evaluar tus acciones: puede que él sólo esté interpretando tus gestos y palabras, sin que sea tu intención gustarle.
Es verdad que muchas veces nos sentimos solas, estado que usamos de pretexto para salir con el primero que nos propone la idea. Si sabes que este hombre es cargante y va a la siga tuya hagas lo que hagas, no lo utilices para calmar tu soledad. Aceptar su invitación (o peor: llegar a encuentros íntimos con él) sin que te guste, es un error fatal. Aparte de jugar con sus sentimientos (si le gustas), ahora tendrá mil motivos para hostigarte y pensar que correspondes su interés.
Finalmente, si ya le has dicho en todos los idiomas que no quieres estar con él y pese a ello sigue ahí (lo que fastidia tu calma), lamentablemente tendrás que ser más dura para expresar tu descontento, no flaquear respecto a la claridad del mensaje y decirle, con sutileza, que te deje de molestar y se vaya a la cresta.
Y tú, ¿cómo te has deshecho de los jotes?