Todas tenemos alguna “maña” extraña, algo que las personas descubren tan pronto empiezan a conocernos y que quizás sea vergonzoso de admitir. Intentamos ocultarlo a toda costa, pero más temprano que tarde llega el momento de revelar nuestro oscuro secreto.
Y es que ninguna de nosotras quiere parecer loca… ¡pero hay cosas que son más fuertes, y simplemente nos superan! Y yo, querida, tengo varias. Pero hay una en particular que siempre me ha acomplejado, porque me deja como “la más mañosa de todas”: sólo puedo dormir bien cuando estoy en mi cama.
Oh, mi dulce cama. A estas alturas mi colchón tiene un pequeño hueco que calza perfectamente conmigo (algo así como el hueco que Homero Simpson tiene en su sillón). Mis sábanas me envuelven suavemente y mi almohada fría refresca mi cara. Sí, lo admito: al momento de hacer tuto, tengo muchos requisitos. Y sólo mi cama los cumple.
¿Será muy loco lo que estoy diciendo? Es verdad que puedo “intentar dormir” en otras camas (o sacos de dormir, sillones, etc.), pero no sólo no es lo mismo, sino que me despierto a cada rato, extrañando mis aposentos preferidos.
Debido a esta locura mía, soy una de las primeras en irse de los carretes. ¡Y es que duermo pésimo en camas ajenas, y es peor aún cuando tengo que compartir mi espacio con otras personas! (este punto me supera, y te juro que prefiero dormir en el suelo con tal de poder estirarme a mi antojo).
Con el tiempo he tenido que adaptarme y sufrir en silencio, pero apenas dan las 7 de la mañana, tomo mis cosas y me largo a mi casa. Ah, no hay nada como un delicioso sueño reparador en mi adorada cama.
Y tú, ¿eres una loca a la hora de dormir?