Las mujeres tienen varias formas de lograr que cumplamos sus deseos. Ya sea porque consideran que es lo mejor o por la razón que sea, siempre encontrarán su forma de que les demos en el gusto. Cómo lo he confesado en más de una oportunidad, muchas veces no cuesta nada ceder, en función de pasar lindos momentos, estar juntos y tranquilos. Pero, parto de la base de que estamos hablando de situaciones más complejas.
Hay muchas formas para "convencernos". Las más suaves son ponerse cariñosas o hacerse las niñas mimadas, así como hay otras menos entretenidas, que involucran conflictos. De todas esas, la peor es el temido "Haz lo que quieras". Es señal de que está ardiendo Troya y que no importa lo que hagas, te cobrarán la factura igual.
"Haz lo que quieras" significa derechamente: "o me haces caso o asumes las consecuencias", aunque semánticamente signifique lo contrario. (No pidan lógica, así es el metalenguaje femenino) Estas consecuencias van desde un enojo - pasando por la ley del hielo - a derechamente poner un cojín al medio de la cama. En fin, ustedes saben a qué me refiero. Se utiliza cuando todo intento anterior de lograr objetivos o "muñequear" ha fracasado. Generalmente le sigue a una discusión y es el último recurso. Una suerte de chantaje, que derechamente te pone entre la espada y la pared.
En lo particular, creo que es el peor de los escenarios. Implica que toda conversación falló, o derechamente no se hizo. A estas alturas dan lo mismo los argumentos, es una demostración de fuerza, que carece de toda razón. Si se trata de una relación entre dos quinceañeros, puede entenderse - pero no justificarse - por la falta de experiencia; pero cuando uno es adulto, es enfermante. Siempre se puede conversar el porqué, pero estar sometido a presiones en estos términos es indignante. No exagero, porque el "haz lo que quieras" atenta directamente contra la individualidad de "tu hombre". Si te enamoraste de él con sus virtudes y defectos, ¿por qué cambiarlo? Muchas dirán... es por su bien, es para que mejore, crezca, madure, etc. Pero hay formas de hacer las cosas. Insisto, conversando se entienden las personas, se logra armonía y la relación se solidifica.
Ojalá ustedes lo entiendan y eliminen esta malograda frase de su vocabulario. Deben conversar las cosas y dejarse de manipular. Somos hombres, seres pensantes y si nos comentan las cosas con calma y argumentos, podemos entender. Si, está bien, hay algunos que no entienden ni a palos; pero ojo, que hay veces en que ustedes también se equivocan. Por eso abogo por la comunicación, el diálogo y el análisis en frío de la situación. Recuerden que nadie es perfecto y a veces, también uno necesita equivocarse para aprender.