Recuerdo que cuando recién entré al mundo de las citas, no sabía muy bien cómo hacerlo. Literalmente: no sabía qué decir, qué pensar o qué hacer. Por lo mismo, me mandé bastantes “condoros” con mis pinches hasta que, por fin, comencé a tomarle el ritmo al asunto.
Una de mis grandes “metida de patas”, por ese entonces, era que no demostraba interés alguno por los chicos que me gustaban. Y ojo, ¡me gustaban de verdad! Alucinaba con ellos día y noche y, aun así, nunca me acercaba. Siempre eran ellos quienes iniciaban la conversación, y a mí me parecía suficiente con ser muy tierna y simpática.
Caí en la cuenta de mi gran error cuando un chico que adoraba, de pronto, cortó toda comunicación conmigo. Dejé pasar un tiempo hasta que, finalmente, le pregunté qué había sucedido: “Me gustas, ¿qué onda?” (en verdad le escribí un testamento, de esos bien cortavenas, pero en resumen fue algo así). Él me dijo que pensaba que a mí "sólo me llamaba la atención”, y entonces prefirió desistir.
Así aprendí que no sólo está bien demostrar interés hacia la persona que te gusta, sino que además es ¡totalmente indispensable! Cuando simplemente nos “dejamos querer”, esperamos que mágicamente el otro se dé cuenta que también nos gusta e incluso, cuando no sabemos si nuestro amor es correspondido, creo que es importante mostrar nuestras ganas de conocer al otro.
¿Cómo hacerlo? Primero que todo, debes saber que siempre hay un límite (que rompe el deseo). Si sientes que estás mostrando demasiado interés por otro y éste no te corresponde, entonces ¡detente! Es normal que a veces no le gustemos a las personas, y está bien. No llegues al punto en que te bloquean porque no los dejas en paz. Si alguna vez te deja el “hola” en visto, entonces creo que es una señal más que clara.
Mi secreto personal consiste en el 2x1: dejo que el chico que me gusta (y que sé que le intereso también) me hable/se acerque dos veces, y luego yo me acerco una. Generalmente dejo mis intenciones claras aquella vez en que yo me acerco, mostrándome bastante coqueta. Ahora, si no tengo claro los sentimientos del chico que me gusta, evalúo dos opciones: si me interesa “más o menos”, me acerco sutilmente una o dos veces. Si se acerca o me habla de vuelta, listo. Si no, next.
En cambio, si el chico que me interesa es guapísimo y no me resisto, me acerco en el plan de todo o nada: “Hola, eres muy lindo. Agrégame a Whatsapp y salgamos un día”. Si funciona, tienes romance asegurado. Si no, te ahorraste muchas horas de fantasía innecesaria.
Y tú, ¿demuestras tu interés?