“En gustos no hay nada escrito”, dice el refrán popular y creo que es cierto. Entre mis pololas - que no fueron muchas - tuve de las 3: rubias, morenas y pelirrojas. Todas con sus virtudes y defectos (al igual que yo, claro). Pero miren las cosas de la vida: no terminé con ninguna de ellas, mi señora es castaña.
El tema de la preferencia, está dada por el estereotipo que te muestra la sociedad y en particular, la publicidad. Todos quienes tenemos sobre 30, crecimos con el concepto de la “bomba sexy y rubia”: Brooke Shields, Pamela Anderson (aunque las raíces negras se le veían a kilómetros), Sharon Stone o la aún guapa Claudia Schiffer. A nivel local Josefa Isensee, Marcela Osorio, Irene Llano, Andrea Tessa y Marcela Vacarezza, nos deleitaron con su belleza e influyeron firmemente en nuestro gusto por las blondas.
Pero el tiempo pasó. A mediados de los noventa, comenzó el “auge latino” y las morenas aparecieron en escena. Daisy Fuentes, JLO, Alicia Machado o la guapísima Megan Fox, que nos dejó tiritones con su escena en el auto en la primera entrega de “Transformers”. Convengamos que “una morenaza” que te arregle el auto con un peto diminuto y unos pequeñísimos shorts de jeans, debió ser “objeto de culto” entre los hoy veinteañeros. Así, dejamos de pensar en el ideal nórdico o europeo de belleza.
Y hace no mucho, estuvo de moda el pelo rojo. Las colorinas hicieron de las suyas. Geraldine Halliwell, de las Spice Girls abrió el mercado; luego fue Kirsten Dunst, que pese a ser rubia, se robó las miradas interpretando a la colorina Mary Jane Watson, en Spiderman. Audrey Tautou se veía guapísima en “El código Da Vinci”, y ni hablar de Emma Stone, la más actual de las chicas guapas en conquistarnos con su “pelo de fuego”.
Todo por culpa de la publicidad. Se empeñan en vendernos todo mostrándonos curvas. ¿Tan básicos somos? Parece que sí. Pero chicas, insisto en el concepto central de esta nota: todas tienen su atractivo. Además, ustedes experimentan mucho con el color de su cabello. También se dejan llevar por la publicidad, prueban distintos tonos y también es una forma de jugar con su pareja. Ya sea que se pongan rubias, morenas o pelirrojas, lo importante es que se sientan bien con ustedes. Las tendencias dicen que el 2016 vienen los tonos menos convencionales: celestes, verdes, morados o azules. ¿Qué les parece, se atreverían? Les dejo tarea. Mientras eligen cuál será su próximo tono, me voy a ver a la castaña que me espera en casa. ¡Hasta la próxima!.