Todas hemos vivido una pena amorosa, sea por ruptura, desengaños o simplemente por que ya no somos felices con nuestra pareja, en mi caso me patearon, si y por Facebook que es peor, no lo voy a negar me dolió, y no sólo por la forma que ya era horrible, si no más bien por que me había mentido, y es que cuando uno sabe que te estaban mintiendo, viene esa rabia, el sentirse tonta, nos cuestionamos como no nos dimos cuenta antes y muchas cosas más.
Para mi, lo peor era eso, y con todas esas emociones mezcladas vino el llanto, ese que engloba todo lo que pasa por tu lastimado corazoncito y no puedes expresar con palabras.
Somos muchas las que hemos pasado rupturas complejas y hasta ese punto yo siempre repetía el mismo patrón post-ruptura, odiarlo sin parar, y hacerme la "muy superada" bien rápido, si hoy miro hacía atrás siento que no vivía el luto correspondiente de ninguna relación, como estaba herida buscaba la forma de sentirme mejor haciéndome la loca con la tristeza.
En esta oportunidad me permití sufrir, ese sufrimiento a lo Bridget Jones con llanto, canciones tristes , releer conversaciones y todo tipo de auto-tortura emocional,aunque sólo me duró una semana y después me vino la iluminación mental, eso era exactamente lo que necesitaba, llorar vivir mi pena, y eso hice.
Lo primero fue entender que tenía pena y que eso estaba bien, era bueno llorar un poco y sentirse miserable, lo revelador de eso fue que a medida que lloraba la angustia y el dolor disminuían, hasta que ya no había lagrimas amargas por derramar.
Luego vino lo difícil, entender desde la calma que era lo que había pasado y por qué ,al estar sin la rabia de compañera pude ver muchas cosas que antes pasaron inadvertidas, no sólo de parte de él, si no que también pude ver mis errores, las cosas que permití, en lo que me equivoqué y poco a poco entendí por qué las cosas habían terminado así.
Cuando te das cuenta de tus errores con plena conciencia, empiezas a trabajar en ellos, algo que hasta ese punto no había hecho jamás, es por eso que agradezco haberlo pasado mal, me enseñó más de mi misma, de lo que había que mejorar, de las cosas que quiero para mi vida , de esas cosas que no estoy dispuesta a tranzar y lo más importante , de como quiero que me quieran.
Así que mi humilde invitación es sufran si así lo sienten, vivan sus procesos plenamente, pero no se aferren a lo malo, saquen cosas en limpio, nada nos pasa por que sí, las cosas pasan por que las permitimos, las negativas y las positivas.