Tengo muchas cualidades, pero la cocina no es una de ellas, por lo mismo muchas veces he caído en la tentación de llevar al trabajo comida instantánea, a la que le pones un poco de agua caliente y “por arte de magia” se transforma en un plato. El tema es que al mes de estar comiendo fideos con sazonador en un pote de cartón con un tenedor plástico, sin haber hecho ningún otro cambio en mi dieta, me di cuenta que había subido 8 kilos, por lo que decidí hacer un cambio en mi alimentación.
Con lechuga y pollo no quedaba satisfecha. Al saber cocinar pocas cosas, me veía tentada en ir todos los días al negocio de la esquina y comprar una rica ensalada; pero comer todos los días el mismo plato aburre a cualquiera. Como la cocina no es mi fuerte - ni tampoco un pasatiempo -, buscando en Internet encontré varios tips de comida saludable, fácil y rápida de hacer, que no necesitas ir a comprar a un mercado orgánico ni tiendas carísimas. Además, la puedes tener refrigerada varios días; así, en vez de tener que llegar a cocinar cada noche, puedes disfrutar de una linda noche romántica o una entretenida maratón de Netflix.
Reemplazar: en vez de comer arroz, escoge la quínoa; en lugar de alfajores, fruta; reemplaza harinas refinadas por harinas integrales; en vez de pan, galletas de arroz. Además, puedes preparar fideos de distintas verduras y acompañar con ensaladas. Muchas de estas cosas las venden ya preparadas, picadas y lavadas en supermercados y ferias, por lo que no es necesario hacer un esfuerzo mayor a abrir un envase, ponerlo en un pote y llevarlo al trabajo. Además, tomar infusiones y agua es el mejor tip para estar saludable.
Tener porciones: Ahora, cada vez que llego del supermercado - aunque esté cansada y sin ganas de ver más bolsas - lo primero que hago es dividir todo en porciones antes de guardarlo. Así es más fácil dimensionar si estamos comiendo de más. Y sí, las porciones que dice el envase que corresponden, no lo que nosotros creemos que deberíamos comer.
Mezclar: Ya tienes tus verduras, proteínas y carbohidratos en porciones; ahora sólo queda tomar un pote plástico y hacer distintas combinaciones. La lechuga con pollo y choclo no es lo único que existe en las dietas, así que podemos ponernos creativas y tomar un poco de cada uno para probar distintos almuerzos.
Innovar: Lechuga con atún y tomate todos los días es una lata; por lo mismo, hay que aprovechar las cosas simples de la vida y del supermercado. Hacer un taco con estas cosas ya cambia totalmente nuestro almuerzo, mientras que un wrap y un sandwich también son prácticos, rápidos, sanos y no se necesita estar mucho rato en la cocina.
Congelar: Tienes ganas de comer tallarines con salsa, pero sin darte cuenta preparaste un poco más. La salsa de tomates tiene una cantidad de azúcar enorme, por lo que no debemos pasarnos de la porción establecida. Así que, si haces de más, congela. A veces cocino y como no es algo que me guste, congelo todo lo que puedo. También aprovecho visitas a la casa de mi mamá y siempre me traigo algo de comida. Todo esto queda guardado para esos casos de emergencia, cosa de evitar lo más posible estar en la cocina.
Con estos tips más ejercicio, de a poco he ido bajando el desastre de los fideos instantáneos, ¡incluso comiendo un helado o papa frita de vez en cuando!. Así que chicas: si quieren comer rico en la oficina, no gastar demás, no hacer grandes esfuerzos culinarios y estar en forma, ¡pongan en práctica estas buenas ideas!. No lo lamentarán.