Cómo celebrar el día de la madre cuando ella ya no está

- "Cuida a mis niños". Fueron tus últimas palabras. Aún las escucho a 25 años de tu partida. Cierro mis ojos y siento el entorno de aquel cuarto de hospital en que pasaste tu última noche. Me veo a mí mismo sentado en aquellas sillas frías color muerte y percibo los olores de las sábanas, las medicinas, los muebles, testigos de tantas separaciones.

Pues bien mamá, tus “niños” son ahora adultos. Cada uno con su carrera profesional, con su familia, con hijos propios. Ha pasado para mí esa etapa de ser padre, y veo ahora a mis hijos hacer su propia vida. Me remonto a hace 25 años, para sentir el dolor de tu ausencia, pero descubro que todo este tiempo has estado cerca. Has estado en mis ojos para ver a mis hijos, cuando en su etapa de adolescencia sólo me miraban fijamente sin hablarme, y quería transmitirles la paciencia y amor incondicional que yo percibía en tu mirada. Cuando al igual que ellos sólo te observaba desde la arrogancia de mi juventud. Has estado en mi boca para consolarlos cuando alguien les partió el corazón por primera vez y sintieron que todo su mundo se derrumbaba. Has estado en mis brazos, cuando se acababan las palabras y sólo quedaba abrazarlos en silencio, esperando a que el dolor pasara, a que el corazón sanara, a que sus ojos volvieran a llenarse con la luz de la esperanza.

Inadvertidamente, durante las etapas de infancia, adolescencia y juventud de mis hijos, fuiste mi cómplice, mi confidente, mi mejor amiga, mi consejera, mi hombro para llorar cuando sentía que estaba haciendo un mal trabajo como padre y que podría afectar negativamente sus vidas.

Hoy celebro tu día, más aún, celebro tu vida y tu presencia conmigo. Porque nunca te fuiste, y aunque nunca lo hice conscientemente, ahora sé que guardé cada palabra tuya en mi corazón. Y que cuando lo abría a mis hijos, eras tú quien se asomaba para hablarles cuando yo no sabía que decirles. El tiempo que pase para verte nuevamente, lo esperaré contigo en mi alma, en mi mente, y cuando al fin pueda abrazarte de nuevo, podré darte las gracias por cuidar conmigo a tus niños.