Seguramente la ruda te es muy familiar. Se trata de una planta que suele ubicarse a la entrada de las casas y negocios, para proteger al propietario del lugar y su familia de las malas vibras, al tiempo que atrae cosas positivas. Su nombre científico es Ruta graveolens y también posee beneficios para la salud - a pesar de su sabor amargo y fuerte olor -, pues ayuda con los cólicos y problemas estomacales. Es relajante y calmante natural del dolor, ayudando en periodos de amenorrea; incluso se le atribuyen propiedades adelgazantes. Además, se le suele sembrar en los huertos, ya que su fuerte aroma aleja las plagas de insectos.
Pero, aunque no lo crean, la ruda ha sido utilizada por muchas culturas a lo largo de la historia, tanto por sus beneficios medicinales como espirituales y esotéricos. Los chinos la utilizaban para evitar malos pensamientos, mientras que los hebreos, caldeos y egipcios afirmaban que esta planta era un regalo de los dioses. Los romanos llevaban un manojo de ruda consigo para evitar el mal de ojo. En nuestro continente, la ruda era utilizada por los aborígenes, para hechizar al ser amado.
La ruda es una planta de hojas verde-azuladas y pequeñas flores amarillas. En el caso del macho, sus hojas son más grandes que las de ruda femenina, y - según sean "macho" o "hembra" - deberán ubicarse al lado izquierdo y derecho del jardín o la puerta, respectivamente. Puedes obtenerla plantando sus semillas o tomando una patilla de una planta ajena (dicen que así ésta será más poderosa). Eso sí, se aconseja plantarla cuando se esté sereno y de buen humor. Requieren bastante sol y poco riego.
Para muchos resulta alarmante que la ruda comience a secarse luego de un tiempo de tenerla en casa. No hay que preocuparse: esto quiere decir (en términos esotéricos por supuesto) que la planta está absorbiendo la energía negativa.
¿Has tenido una ruda en casa? ¿Cual ha sido tu experiencia?