Cosas de loca: obsesionarse por un color

Colaboradoras Fucsia Jun 24, 2016
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Me encanta el morado; cada vez que lo veo es como si un imán me obligara a darme vuelta y admirarlo. ¡Y hasta comprarlo!. Lo peor es que cada vez hay más objetos coloridos y es muy fácil encontrar cosas lindas y entretenidas. Por este tono se tomó mi cocina. Hervidor, licuadora, colador, cuchillo, cucharas... ¡está por todas partes!. Cada vez que encuentro un objeto violeta se vuelve una necesidad. Las cocinas son tan monótonas y aburridas, que el color les da vida. Las hace más entretenidas y es un placer estar ahí.

Pero no todo es felicidad. Al principio mi pareja no estaba tan contento con la idea de que el morado se tomara nuestro espacio. "Es poco masculino", argumentaba. A ver, si no va a estar todos los días haciendo la comida, el aseo y todas las recetas de algún libro de repostería, entonces creo que puedo tener la cocina como YO quiera. Y tuvo que aceptarlo. Así que este tono sigue presente en la cocina. Mi última adquisición fue un envase para guardar la cebolla, la cual casi no usamos. ¿Era necesario? Por supuesto que no, ¡pero tenía la base violeta!

Tengo en la mira esas hermosas batidoras de pedestal, llenas de diseño y obviamente quiero la morada. Probablemente vaya a usarla tres veces el año y no se justifique la inversión (porque ¡vaya inversión!), pero nadie habla de obsesión si no se trata de un hecho irracional. Sí, estoy obsesionada con el color morado. Y no, no siento que sea algo que tenga que arreglar en mi vida.

Hoy estoy pensando qué otro espacio de la casa me voy a tomar. ¿Cuál me recomiendas?