En innumerables ocasiones oí a mis cercanas tratar a sus parejas con cariñosos apelativos, tales como: osito, perrito, monito (como la ‘Cristi’ de Soltera otra vez), guatón y un largo etcétera. Respeto toda manifestación de afecto, pero yo me prometí no tratar jamás a mi pololo de esa forma: no ...
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