Ya, lo reconozco. Me ENCANTA comer. Lo disfruto de una manera inimaginable. Y es por esto que para mí es sagrada cada una de las comidas del día: no puedo no desayunar, no almorzar, no tomar once/cenar. Puedo dormir poco, pero jamás dejar de comer ¡jajaja! Incluso me llego ...
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