"¡Sí, estoy bien no te preocupes!", respondemos a veces, pero por dentro estamos hechas unos verdaderos harapos; nos escondemos para que no nos vean mal y ni fuerzas tenemos para darnos ánimo. Ante los demás, no obstante, damos otra impresión, ya que nos preocupamos por el qué dirán o ...
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