Las mujeres tenemos la mala costumbre de vivir dando excusas, aún cuando no sea necesario. La culpa y disculpa son las sempiternas compañeras de nuestros andares. Cierta vez leí que incluso nuestra sonrisa nerviosa previa a una interacción, es una forma de disculparnos por si algo sale mal. Curioso, ¿no ...
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