Siempre supe que me iba a gustar y siempre supe que iba a ser bueno, pero Thomas Mars y compañía superaron mis expectativas con creces. Empezamos y terminamos en el cielo, con el Caupolicán lleno, gritando, bailando, transpirando. Después de esperar impacientes casi una hora, suenan los primeros acordes de ...
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