“¡Qué sexy!”, exclamó con sentimiento un antiguo compañero de trabajo, cuando vio pasar a una mujer que vestía una polera ceñida con hombros desbocados. Créanme que fue muy sincero en su apreciación; es más, sus ojos brillaron. ¡Y era que no! Si el cuello y los hombros son considerados zonas ...
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