"¡¿Viste la hora?! Ay, al menos yo ya estoy atrasada y sé que no voy a alcanzar a hacer miles de cosas. Almorcé rápido, salí rápido en la mañana y quiero volver rápido a casa".
Queremos hacer todo luego, estamos más impacientes que nunca. La mayoría de nosotras lleva un estilo de vida apresurado y poco paciente… ¿te has fijado que se hace eterno esperar tu plato en un restaurant?
Estamos mal, no disfrutamos el día, al menos en la semana… pero chicas, hay que cambiar de actitud porque andar tranquilas ¡está de moda!
Sí, el Slow Down es todo un movimiento que se está practicando alrededor del mundo y que promueve disfrutar cada minuto, para que la vida no se nos pase volando y no sea un sufrimiento.
Son normas de vida que te ayudarán a ser una persona más calmada, lo que mejora tu salud física y mental. La idea es no convertirse en esclavos del reloj y dejar de ser apuronas con cosas que de verdad no tienen prisa.
Por ejemplo, un practicante del slow down no contesta el celular antes de el cuarto ring, y definitivamente no atiende mientras está comiendo o en una conversación. Controlar esa necesidad de contestar el celular realmente cuesta trabajo, pero se puede.
Sentarse a tomar té, reflexionar y conversar debe ser parte de tu rutina. Nunca comas nada de pie ni caminando. Hazte un espacio para todo esto.
No puedes demorar menos de 45 minutos en almorzar, créeme que disfrutarás más la comida, tendrás una mejor digestión y estarás más satisfecha.
Olvidarse del microondas también es una regla. Es preferible calentar en el horno o la cocina, demora más, pero queda mucho más rico.
Darse el tiempo de pensar las cosas antes de hablar debería ser una obligación, pero no todas lo hacemos porque queremos comunicar rápidamente lo que se nos viene a la mente. ¡Contrólate!
Hacer yoga, hablar lento, saborear lo que comes, que un trago te dure lo suficiente, son algunos tips que te harán mejorar tu calidad de vida.