Me encanta que los días estén ricos, que haga calor y que ya podamos usar menos ropa; me encanta el cambio de hora, porque siento que a las 7 de la tarde me queda mucho día por delante; y más me encanta que el verano esté cerca y, por ende, las vacaciones.
Pero me cargan estos días impredecibles, que no son “ni chicha ni limonada”, hace calor y al rato hace frío. No hay nada más apestoso que no saber qué ponerse en la mañana. Una chaqueta es mucho, pero puede que un chalequito sea poco. Hay que salir con capas de ropa, por si acaso y, como está la cosa, puede que las tengas que usar todas o ninguna.
Por otra parte, da lo mismo que te preocupes de saber cómo va a estar el tiempo, porque ni si quiera Iván Torres lo tiene claro. Ahora se supone que lloverá el viernes, pero también existe la posibilidad de que el agua empiece a caer el jueves. En fin, hay que salir preparadas para todo.