Se supone que una mujer madura no debería darle importancia a este tipo de situaciones; pero la verdad es que no pueden pasar desapercibidas.
Salir a carretear, con el mejor de los ánimos, con un grupo de amigos choro y que de repente – no sabes cómo, ni porqué – aparezca el demonio en persona, es como para arruinar la noche de cualquiera.
Esa persona que no soportas ver, que te da "asco" saludar, esa mina con la que alguna vez fuiste amiga, pero por circunstancias equis de la vida se transformó en tu peor enemiga. Si fuéramos un poco más valientes y nos fijáramos un poco más, hasta podrías adquirir material para pelambre posterior. Pero ni de eso dan ganas. Sólo de matarse!
Te escabulles toda la noche, porque no vas a dejar que ella te gane. Si te vas de la fiesta es definitivamente darte por vencida y perder la batalla. Pero aunque no esté en nuestros planes, nos arruina todo el carrete, porque inevitablemente vamos a estar pendientes de si ella se aparece.
Al final, no logras nunca sacarte la idea de la cabeza; y, bajo esas circunstancias cuesta UN MUNDO pasarlo bien.. o no??