Foto vía Orlada5
Vilches es un destino típico de cordillera para quienes somos de la VII región. Cuando mis vacaciones eran eternas, nos íbamos a acampar mi abuela (sí, aunque no lo crean es la persona más aperrada del mundo), mi hermana chica, algunas amigas y yo.
Viajábamos en un Lada blanco al que le entraba la tierra por las ranuras de la puerta, cargado con nuestros implementos de camping. Teníamos una carpa inmensa de color naranjo, mesa, sillas, lámparas y todo lo más bacán que se puedan imaginar. Es que mi abuela siempre fue una especie de niña exploradora frustrada: “siempre lista”.
Ese verano, no recuerdo bien por qué, mis papás no fueron con nosotras, así que me sentía libre. Podía levantarme en traje de baño, comer lo que quisiera y salir “de aventura”, es decir, ir a recorrer los alrededores que, ahora que lo pienso, era muy seguro y las distancias muy cortas. Pero para mí, ese era mi into the wild infantil. Con mi hermana y mis amigas nos creíamos la muerte. Nos poníamos sombrero y, cuál Indiana Jones sin su látigo, cortábamos unas varillas largas para defendernos por si nos encontrábamos” en peligro” (culebras, arañas o bichos raros que nunca vimos).