Creo que uno de los peores rasgos que se puede tener o acentuar, es la inseguridad. La duda constante ante si lo que hemos hecho o dicho, nosotros mismos u otras personas, es acertado o no. Una forma terrible de vivir, porque no hay tranquilidad.
Las personas inseguras muchas veces dejan de entregar trabajos o informes porque creen que no son lo suficientemente buenos, dudan de la pareja constantemente creyendo que no los quieren lo suficiente y por ello, necesitan interminables pruebas de amor.
Depositan más confianza o valor en la opinión del resto que en sí mismos. Tienden a buscar la aprobación de los demás para sentirse valorados. Si el otro lo encuentra bonito, está bien, feliz. Por el contrario, si alguien dice que es tonto, será su fin. El inseguro vive en una especie de montaña rusa, un sube y baja incansable de emociones agotadoras imposibilitado de disfrutar los momentos, ya que todo se lo cuestiona.
La inseguridad es una emoción negativa, de inferioridad, de no sentirse amado, dudoso de uno mismo y de mucho recelo a la crítica. La falta de confianza es porque las expectativas son irreales, ya que no provienen de uno mismo, si no de los demás.
No se puede cambiar el mundo ni a las personas, pero sí podemos ser más responsanbles sobre cómo nos sentimos. Podemos trabajar interiormente con nuestra negatividad, pensando más positivo. Con nuestra imagen y una correcta comunicación con el resto. Todo, para darnos la oportunidad de desarrollar esa seguridad que tanto anhelamos. ¡Suerte chicas y a pensar más cosas lindas!