No sé por qué las mujeres tenemos el extraño comportamiento de “engancharnos” precisamente del mino que no nos pesca; que nos hace sufrir; que sólo nos llama cuando está ebrio a las 5 de la mañana (booty call); o que de plano nos ha dicho que no está interesado en una relación formal. Sin embargo nosotras, nos morimos por él, y nos cuesta un mundo darnos por vencidas. Juramos que mágicamente va a cambiar su actitud y que de un día para otro se va a terminar “enamorando”.
Por otro lado existe ese mino lindo. El que te invita a salir en horarios decentes, donde no hay alcohol involucrado; el que se interesa por conocer detalles de tu vida, más allá de cómo te llamas y a qué te dedicas; el que de cierto modo “se proyecta contigo”. Pero, para nosotras este tipo de hombre es fome. Nos gusta…pero no nos encanta! Pongo las manos al fuego que si se comportara como bad boy; sería muuuucho más atractivo.
De repente lo único que queremos es que por favor nos interese un poquito más el mino lindo, y que el chico malo se nos olvide de una vez por todas; pero lamentablemente nuestros sentimientos no se manejan precisamente de manera racional ¿Será que en el fondo todas somos una drama queen y las cosas fáciles no van con nuestro estilo?