No es de mala onda, pero me carga la gente que tiene la necesidad de besuquearte y toquetearte cada vez que te ve. Hay personas que prácticamente te persiguen para darte besos y se sienten cuando uno se corre. En la pega por ejemplo, un lugar donde ves todos los días a las mismas personas, ¿es realmente necesario? No lo creo. Sobre todo si el beso viene acompañado del clásico sobajeo de espalda.
En carretes es típico. Siempre trato de hacerme la loca y cuando llego, hago un “hola general” y me voy a instalar a algún grupito con mi respectivo vaso. Pero qué haces si llegas con alguien más y la persona que entra antes que tú saluda a todos con un beso. ¡Nada pues! Estás obligada a continuar con el mismo rito, porque si no quedas de pesada o mal educada. Lo peor es cuando entras y conoces a la mitad de los presentes. Ahí más encima tienes que presentarte: “Hola, Muac, Coté”. Apestoso.
¿Estoy mal?