Cuando estás pinchando con alguien, estás pendiente de lo que hace. Si está conectado, si no te habla, qué pone en twitter, en sus estados de facebook, en qué fotos está comentando. Inevitablemente, las redes sociales, nos incitan a volvernos medias psicópatas cierto?
Pero ese no es el punto. La cosa es que estamos tan pendientes de lo que hace que cuando no nos contesta el teléfono, no nos habla por el chat, o se demora mucho en respondernos el mensaje; es simplemente la sensación más desagradable del planeta. Los segundos de espera se hacen eternos y altiro empezamos a pasarnos rollos: ya no le gusto, le doy lata, no quiere verme, etc, etc, etc.
¿Ellos también se desesperarán así cuando nosotras nos hacemos las difíciles? Yo creo que sí y les voy a contar por qué.
Una vez me pasó que estaba pinchando con un mino, y andaba media picada porque no había hecho ni el más mínimo esfuerzo por contactarse conmigo, y eso que ya habíamos pasado de los besitos. Entonces, decidí no pescarlo, aunque me moría de ganas. La cosa es que empezó con un mensaje de texto; y terminó con 4 más, 5 llamadas perdidas y después, cuando me lo topé en el carrete, persiguiéndome toda la noche. Al final terminé cediendo.
Entonces, desesperarse porque no pesca, es algo inherente al ser humano al parecer.