El otro día hablábamos en Fucsia de que los príncipes azules no existen. Además, ¿es obligatorio casarse con un príncipe? Es cierto que la pinta es importante, pero si una se sienta a esperar a un mino estilo Hollywood, capaz que se quede soltera toda la vida. Aparte, hay que ser sinceras con nosotras mismas y tener claro que tampoco somos Jennifer Aniston.
Por eso, me da mucha pena y rabia la gente que evalúa a los demás sólo por su aspecto físico y habla de lo “monstruoso” que es el novio de alguna amiga. En este momento de mi vida, con unas cuantas relaciones bajo el brazo, primo otras cosas antes que la apariencia. De ahí que mis pololos, bajo una lupa exigente, podrían ser considerados feos.
Para mí, la facha ha pasado a segundo plano. De a poco empieza a importarme más el proyecto de vida en común, la química, la relación con los amigos que compartimos, en fin, una quiere “ponerse seria” y busca algo más que el niñito bonito del curso.
Por último, la belleza es subjetiva y el mundo muy criticón. Siempre habrá gente comentando la vida de los demás. Así que tengo un novio que si va al casting de Mister Mino 2011, seguro pierde. Pero no importa ¿quién dice que la vida es un concurso de belleza?