No sé si será problema exclusivamente de nuestro género o no, pero cuando las mujeres cumplimos cierta edad, casi siempre pasados los 25, empezamos a replantearnos la vida, y sobre todo, nuestras experiencias amorosas.
Sacamos cuentas y analizamos al máximo aquellas relaciones que nos marcaron. De algunas guardamos los mejores recuerdos y de otras nos arrepentimos ¡Obvio! Así somos nosotras.
No sé si en esto de la “Autoevaluación” influirán las amigas que se están casando, las que se van a vivir con los pololos, las que se van a probar suerte al extranjero o la independencia propia que traen los 25, cuando ya estás trabajando y te ves obligada a dejar de ser una cabra chica.
Con un par de años más, un par de años menos, lo importante de esta autoevaluación es que, según positivos cálculos, nos quedan varios años para seguir analizándonos.