Ya les he comentado de mi debilidad por la comida: empanadas de pino, sushi y todos los platos que, a punta de una dieta excesivamente calórica, son parte fundamental de mis antojos. Pero llegó septiembre, y estos días veraniegos me hicieron recordar cuánto me gustan los helados Yogen Fruz.
En general, no soy muy fan de los helados ni las cosas dulces, pero si aún no han tenido el gusto de probarlos, se los recomiendo a ojos cerrados. Olvídense de esos sabores empalagosamente dulces. La gracia de estos helados es que, como son en base a yogurt y fruta natural, son más livianos que los típicos de crema. ¡Una delicia!
Lo mejor que tienen, es que puedes elegir las frutas que más te gustan para hacer tu helado perfecto. Aunque yo soy más tradicional y no cambio por nada el melón calameño, la frutilla y el plátano, la carta es larguísima e incluye frambuesa, mango, chirimoya, arándanos, durazno, damasco, piña, kiwi, manzana y muchísimos sabores más.
Luego de que elegiste las frutas, escoges la base entre yogurt natural o de chocolate, y si lo quieres endulzar, puedes hacerlo con azúcar o con manjar. Ah y para las más más golosas, lo puedes bañar en chocolate, coco o palitos de colores.
¡Ya saben chicas! Si les gustan los helados, no dejen de probar Yogen Fruz y después me cuentan.