Para qué andamos con cosas. A diferencia de nosotras, los hombres son súper fomes para hacer regalos. Como que les cuesta un poco. No sé si es falta de imaginación o simplemente son poco sacrificados y les da lata quebrarse la cabeza y dejar los pies en la calle tratando de encontrar el regalo ideal.
Sin embargo, muchas veces, son capaces de sorprendernos, dejarnos con la boca abierta y más enamoradas que nuca.
Les voy a contar la mejor sorpresa que me han hecho. Era mi cumpleaños y ese día tenía clases de spinning. Mi pololo de ese entonces se las arregló para entrar a mi casa mientras yo no estaba y dejar en mi pieza cientos de globos, de todos los tamaños y colores.
Yo llegué inocentemente, cachando nada y boom! Abro la puerta y veo esto; casi se me cae la cara. En mi cama, además había una nota, que decía que debía reventarlos, ya que dentro iba a encontrar otra sorpresa.
Yo ahí parecía cabra chica. Feliz y más emocionada que nunca, empecé a reventarlos. Adentro de cada uno me encontré con pequeñas piezas de puzle. Cuando logré recolectarlas todas, lo armé. ¿Qué era? Una foto de nosotros dos! Súper romántico!
Lejos uno de los mejores regalos que he recibido en mi vida. Me encantó darme cuenta de la dedicación que puso… todo por verme feliz.
¿Y a ustedes? ¿Cómo las han sorprendido?