No tiene nada de malo bromear con las cosas que te pasan en el día, ni comentarlo en sitios donde todos pueden verlo. El tema es que no es necesario hacer públicos todos tus actos. ¿O ustedes creen que sí?
A mí realmente no me interesa saber qué almorzará mi contacto de Facebook, ni mucho menos opinar sobre cuál polera le queda mejor, al menos no por la web… pero es inevitable. Con el nuevo formato, terminas sabiendo en tiempo real qué comentan y hacen tus amigos.
Hoy, el comunicar “¿qué estás pensando?” es algo casi necesario. De hecho, también lo es entrar al menos una vez al día a la famosa red social. Suelo cuestionarme, ¿no les da lata que la gente deje de preguntarles cosas? Porque eso es lo que pasa; se produce la descomunicación, ya que te enteras de todo por esta vía. Y ese trato medio distante me hace sentir incómoda.
Para mí no es un tema contar todos mis estados al mundo; pero hay gente que acostumbra a hacerlo. Bendito Mark Zuckerberg, creaste una nueva adicción.
Y tú, estás online?