Soy demasiado blanca; tanto así que en invierno, cuando ya se me fue todo el tanning del verano, parezco enferma. Ojerosa, con un color entre verde y amarillento en el rostro. NO! HORRENDA!
Es por eso que hace varios años ya que me maquillo. No me pinto mucho, sólo me pongo algo que me dé color y me encrespo las pestañas con rímel; los polvos y el rubor se han transformado en una parte fundamental de mi vida.
El maquillarme cada mañana es casi como un acto de supervivencia; algo así como ponerse ropa o zapatos. Sin embargo, a veces entre que ando media apurada, dormida, o estresada, he olvidado colocarme los míticos polvos y qué desastre cuando me doy cuenta!
De verdad, me siento casi como si hubiera salido de mi casa sin calzones. Cada vez que me miro al espejo sufro con mi palidez y qué decir de los comentarios del resto: “qué te pasa”, “estás enferma?”, “es que tení una cara”. Una pena!
Bueno, desde que me pasó, que ahora ando con unos polvos y un rubor de emergencia en la cartera; así me aseguro de que si por a, b o c motivo olvido maquillarme en mi casa, tengo la solución al alcance de mi mano.
Y ustedes? También se sienten desnudas sin su maquillaje?