Hay momentos en los que siento que todo a mi alrededor se congela, mi respiración se paraliza, me quedo tensa hasta el último músculo e imagino que se viene el holocausto mundial, que hasta ahí nomás llegó todo porque cometí un error o porque creo que algo hice o dejé de hacer.
Son los micro ataques cardíacos, esa fracción de segundo en la que crees que tu vida puede cambiar para siempre, pero afortunadamente todo se resuelve y no pasa nada.
Por ejemplo, tenías que enviar un mail súper importante, a las seis de la tarde y son las ocho, estás en tu casa tomándote un té y viendo Los Simpsons y de pronto te acuerdas del mail. Abres mucho los ojos, te contraes y te quedas congelada, mientras tu mente se divide en una lucha para recordar si realmente enviaste o no el maldito correo. Al final, ves claro el momento en que mandaste el email y todo vuelve a la normalidad, como si nada.
Me ha pasado también cuando salgo de mi casa, al supermercado o a hacer algo del estilo "voy y vuelvo", y pienso que no saqué las llaves del departamento, entonces en una décima de segundo me paso el medio rollo, que me voy a quedar afuera y no voy a tener cómo volver a entrar a mi casa, que el cerrajero, que no sé qué y de pronto, paf, las llaves siempre estuvieron conmigo y el mundo retoma su curso.
Al final siempre son cosas ridículas, pero la sensación es como si se tratara de un gran descalabro, como el jueves negro o el inicio de la Segunda Guerra Mundial. ¿No les ha pasado nunca?