Pocas cosas me resultan tan ricas para tomar once o desayuno como un crujiente pan tostado con mantequilla. Simple, rápido y además económico. De hecho, es una de las cosas que más he extrañado cuando me he alejado de Chile por meses.
Es que encontrar una buena marraqueta en otros países de Sudamérica resulta ser una odisea no menor. Tanto en Perú, Bolivia, Argentina, Uruguay, Ecuador y Colombia, se consume mayoritariamente pan dulce y ni hablar de tomar “once”, ya que por lo general se cena o “merienda”.
Por eso, vez que me antojo de un pan tostado con mantequilla no me privo de hacerlo y lo disfruto a concho. Total, y según el bullado programa emitido esta semana por televisión abierta, la marraqueta posee menos calorías que muchos panes envasados, de molde y que dicen ser diet o light.
¡Privilegiados los chilenos pensé! Sin embargo, hay que tener cuidado con que se nos pase la mano con el “tostado” debido a que las partes carbonizadas, es decir, negras, de todo pan o masa, son potencialmente cancerígenas.
Pero mientras no exageremos podemos seguir disfrutando con tranquilidad de este clásico chileno que, por lo demás, nos provoca más rápidamente la sensación de saciedad, resultando ideal si se busca bajar de peso –ojo, no aporta menos calorías, sólo nos sacia más rápido al tener que masticarlo por más tiempo para digerirlo-.