Pasar por algún cambio, el comienzo de una nueva estación, o la llegada del año nuevo son hitos cotidianos en nuestra vida, pero que pueden ser muy útiles cuando queremos cerrar una etapa, empezar algo nuevo, o simplemente cambiar un hábito o tomar otro estilo de vida.
El año pasado tuve muchos de esos hitos: salí de la universidad, me casé, y se concretó mi oportunidad de irme a vivir fuera de Chile. ¿Qué mejor momento para comenzar de cero, y hacer grandes cambios en mi vida? Porque a veces olvidamos lo rico que es darnos el tiempo (o la excusa) para hacer cosas nuevas, o mejor aún, descubrir lo increíble que es aprender a hacer algo nuevo, o algo que nunca pensaste hacer en tu vida.
Porque en el extranjero, donde poca gente me conoce, he tratado de dejar todas mis trancas y prejuicios sobre las cosas, y animarme a probar y vivir diferentes experiencias, incluso las que nunca había considerado por flojera, lata o incluso miedo. Y no estoy hablando de grandes retos como tirarse en paracaídas o aprender a domar tigres, sino cosas sencillas, del día a día, pero que pueden hacerte sentir mucho más feliz y cómoda contigo misma, a medida que les vas agarrando el gusto.
Aprender a cocinar, por ejemplo –algo que antes de vivir fuera de la casa de mis padres jamás pensé que sería capaz de hacer- ha sido un tremendo descubrimiento para mí; yo, la que apenas sabía preparar huevos revueltos, ando buscando recetas nuevas en Internet, la paso bien, y aprovecho de regalonear a mis seres queridos con cositas ricas. Me siento seca.
Pero también hay otro tipo de aprendizajes que pueden llenarnos el espíritu. En mi caso, aprender otro idioma como el francés ha sido también una experiencia llenadora; y esto no sólo por la independencia que me da el poder hablar y entender cada día más la lengua del lugar donde vivo, sino por cómo, a través del idioma, puedes ir conociendo y entendiendo más las diferentes culturas del mundo. Este desafío ha sido tan increíble, que me he ido entusiasmando con aprender otros idiomas (como el portugués), algo en lo que prometo enfocarme en el futuro.
Y si bien es cierto, como les decía al comienzo, que vivir estos grandes cambios en la vida son las mejores oportunidades para empezar a hacer y aprender cosas nuevas, lo cierto es que sólo necesitamos una excusa, cualquiera, para entusiasmarnos y disfrutar de lo que increíble que es hacer algo inédito, algo que jamás pensaste que podrías hacer.