El otro día hablaba con mis amigas de la pega y todas concordamos en que no hay nada más terrible que te abandone el desodorante en plena calle. Sobre todo en estos días de calor, en los que inevitablemente una suda más de lo normal y, chiquillas, con la mano en el corazón, ¡qué lance la primera piedra la que nunca ha pasado por esto!
Es tan incómodo que les juro que podría cavar un hoyo en pleno cemento para evitar que la gente note que mis axilas pueden llegar a ser más potentes que cualquier antitranspirante, por suerte no es que me pase siempre, pero debo admitir que lo he vivido. ¿Y quién no?
Muchas veces puede tratarse de un problema médico, pero otras es solo producto del terrible calor. Convengamos que el sol en Santiago y otras partes de Chile como Los Andes, Chillán, Llay Llay, Curicó, etc. es tremendo y a otro nivel. Solo hoy estaban pronosticados 36 grados como máxima en Llay Llay y eso que ni siquiera es verano. Para qué hablar de cuando vamos en metro y nos tocan compañeros que parece que no conocen estos productitos. Horror.
En fin, muchas soluciones para esto no hay. Lo recomendable es cambiar producto de vez en cuando para analizar la mejor opción para cada una, según el PH y todas esas cosas. Para mi funcionan demasiado mejor los sin olor.
Por eso chiquillas y para rematar –para que no piensen que soy una persona desaseada o algo por el estilo- un consejo: siempre lleven un desodorante en la cartera, una nunca sabe en qué momento lo va a necesitar.
Foto vía actitudfem.com