Parece que los seres humanos nunca estaremos conformes con nuestra apariencia; sobre todo las mujeres. En nuestro afán de lucir perfectas, estamos propensas a caer en diversas adicciones y enfermedades. Además de los clásicos desordenes alimenticios y la ingesta de productos bastantes nocivos para la salud, hoy existen varios casos de personas obsesionadas por tener los dientes blancos. Este fenómeno es conocido como blancorexia La publicidad nos rodea de sonrisas perfectas, con blancos tan blancos que sólo pueden lograrse con la ayuda del Photoshop. Por supuesto al querer vernos bien, pero nunca llegar a los resultados que muestra la publicidad, corremos el riesgo de llegar a sufrir este tipo de transtornos.
Para lograr el objetivo cualquier método es válido: fundas de porcelana sobre dientes sanos, blanqueamientos con peróxidos repetidos constantemente e incluso la compra de productos que se venden por Internet y que no cuentan con la supervisión de un profesional.
La blancorexia es una patología que requiere de tratamiento psicológico y gran cuidado por los odontólogos, quienes deben dejar claro a sus pacientes que no se debe arriesgar la salud por fines únicamente estéticos. Cuando se abusa estos tratamientos se pueden producir daños en la matriz del esmalte, al interior de cada pieza y en la penetración pulpar; esto afecta el paquete vásculo-nervioso y puede producir la muerte de los dientes.
Si no estás conforme con tu tono dental, a pesar de que realizas un correcto cuidado higiénico, visita a tu dentista. Él podría realizar una o dos aplicaciones de peróxidos de hidrógeno o el método que estime conveniente, con el fin de ayudarte en forma sana a obtener un buen resultado.