En nuestros días, la cosmética natural es cada vez más cotizada. Es una tendencia que ha cobrado fuerza y ha conquistado fieles adeptas, quienes la recomiendan a pies juntillas a sus cercanas. Pero, ¿por qué es tan popular? ¿Qué beneficios aporta? Veamos.
En primer lugar, todos los principios activos de la cosmética natural tienen base vegetal. (Aunque, ¡ojo!, ya que algunas marcas -aprovechando el auge de esta tendencia - aplican un mínimo de componentes de ese origen para crear la fantasía de que se trata de estos productos, siendo en realidad tradicionales levemente modificados). La amplia mayoría de los artículos de belleza existentes en el mercado clásico utiliza sustancias químicas y derivados del petróleo, por lo que no son pocas las mujeres que prefieren productos que consideran más sanos y amigables con el planeta.
Estos cosméticos pretenden lograr la mayor semejanza posible con el manto lípido de nuestra piel, logrando con ello ser afines a su composición bioquímica. Esto se traduce en que su fórmula no sea agresiva con la dermis, aparte de fortalecerla y mejorarla, gracias a los componentes naturales que aportan las plantas. Se trata, además, de productos muy favorables al medio ambiente, que no lo dañan ni utilizan materias primas animales (excepto lanolina y miel de abeja) y mucho menos son testeados sobre la piel de nuestros amigos peludos.
Otra de las bondades de la cosmética natural es su eficacia para regenerar y proteger la dermis. No contiene aromas sintéticos, por lo cual su perfume es natural, delicado y suave. Las plantas utilizadas en su elaboración son cultivadas sin herbicidas, ni pesticidas químicos. ¡Una joya para la naturaleza! No suponen intoxicación, por lo que son productos muy seguros para manejarlos en casa sin riesgo de los niños pequeños que accedan a ellos (salvo el lógico peligro de que nos enojemos si los estropean, claro). Además, están recomendados para personas con pieles muy sensibles, ya que no producen reacciones alérgicas.
El único “pero” que podríamos considerar es que el periodo de aptitud para el consumo es inferior al de los sintéticos, por tratarse de productos sin conservantes. Y, por supuesto, el costo será levemente superior a la cosmética tradicional (que no requiere de cuidados especiales para su producción) No obstante, considerando los beneficios ¡vale la pena probar!
Si te tincaron, te contamos que si bien antes costaba mucho encontrarlos, hoy - producto de su gran éxito - son cada vez más asequibles. Hay tiendas especializadas que los ofrecen en Las Condes (Katmandú) y Ñuñoa (Spacionatural, Juan Sabag 87) - además de las conocidas (y exquisitas) Lush -, pero también puedes hallarlos en pleno centro de Santiago, en Mandrágoras. Esta tienda dispone de un catálogo en Facebook y un local en la Feria Artesanal de Santa Lucía. ¡Ideal para pasarse después del trabajo!
En fin, opciones para hallarlos hay bastantes. Lo importante es probarlos y disfrutar de sus deliciosas bondades. ¡Seguro te seducirán!
Foto CC vía nofun-eva.blogspot.com