Yo creo que en la vida, los amigos son pocos. En el camino conoces a un montón de gente que con el tiempo irá desapareciendo por diferentes razones, buenas o malas. La cosa es que ya no van a estár más. Cuando llegas a una edad en la que tu discernimiento está formado y has tenido experiencia en el tema, te das cuenta de que el recuento de amigos reales se reduce a los dedos que tienes en una mano.
Por eso creo que, además de ser selectiva con ellos, no sería amiga de un ex. De partida, porque como la palabra lo dice, lo que era "ya no es", pasó y si las cosas no salieron como esperaban, siempre quedarán ciertos “dolores” en el corazón de ambos. Un quiebre no se olvida fácilmente y por más que exista cariño, esa relación no será del todo sincera.
En más de una ocasión podríamos confundirnos y sufrir, volviéndonos un tanto débiles frente a esa relación. No creo que sea algo sano; de hecho, conozco gente que lo ha intentado y se han visto inmersos en un “circulo vicioso” que en vez de aportar, los estanca. Cosa que, por supuesto, no me parece bien.
En lo personal, soy drástica cuando termino una relación. Sí, soy de las que creen que TODO se puede conversar pero las cosas no se olvidan. Perdonar no es sufrir una crisis de amnesia ¡No señor! Prefiero cortar todos los lazos, eliminar todo indicio, sobre todo si ese ex fue “maricón conmigo” a un nivel imperdonable. Así vivo mejor y no tengo por qué enterarme de cosas que ya no me incumben. Quizás es duro evitar el contacto, pero a la larga es el camino correcto.
Obviamente, está el caso de los ex que se vuelven amigos y las cosas salen bien. A veces pienso que eso se da porque la intensidad del sentimiento no era tan fuerte, pero eso es sólo un tema mío. Quizás tiene que ver con otro tipo de madurez que no conozco. No lo sé, me considero más humana en ese sentido y cuando las cosas me duelen, prefiero alejarme para siempre.
Y tú, ¿has sido amiga de algún ex? ¿Cómo ha resultado?